Bien,
hoy en el mundo misterioso, digo, de los sueños, la nueva sierva o
acólito de Siria hace su debut. Soy nueva (muy nueva) en esto de
reseñar. Vamos, que no tengo la experiencia de Siria. Mi nombre en
clave es Tris, aunque también me llaman Pat (y si juntáis las dos
partes tenéis más o menos mi nombre).
Y
ahora, sin más preámbulos, vayamos al meollo del asunto. ¿Hay
alguien que no conozca y no haya oído hablar alguna vez de la serie
de videojuegos The Legend of Zelda? Si es el caso, amigo mío,
eso va a cambiar.
Como
me es imposible hablar de todos los videojuegos del Zelda en una sola
entrada (y además, no conozco todos los videjuegos), empezaré con
el primer Zelda que jugué y su hermano gemelo/siamés. Se trata de
Oracle of Seasons y Oracle of Ages (El Oráculo de las
Estaciones y El Oráculo de los Tiempos, respectivamente).
Los
juegos cuentan historias similares y relacionadas entre sí que, si
bien no es necesario tener los dos, es recomendable para completar la
historia global. Tanto da que empieces con el rojo (Seasons) o el
azul (Ages), el único cambio que se produce se realiza en las
historias secundarias.
En
la secuencia de imágenes antes de comenzar el juego, se ve a Link
(el chico rubio vestido de verde con orejas puntiagudas) cabalgando y
llega a un castillo donde la trifuerza le pide ayuda y le manda, en
el rojo, a Holodrum y, en el azul, a Labrynna.
En
Holodrum, Link se encuentra con una bailarina llamada Din, que forma
parte de una troupe errante. Entre risas y bailes, Onox, el villano
del juego, hace su aparición y, tras destrozar el campamento (y
mandar a Link volando a otra parte), se lleva a Din, que no es otra
que el Oráculo de las Estaciones. Al encerrar a Din y soterrar el
Templo de las Estaciones, Onox provoca que Holodrum quede sumido en
el caos estacional (literalmente, cada región del mapa tiene una
estación diferente, salvo Horon, la capital, que suele cambiar cada
vez que vuelves a entrar). Por supuesto, como no podía ser de otra
manera, Link es el encargado de rescatar a Din y vencer a Onox, pero
no será tan sencillo. Porque, dejando a un lado que al principio ni
siquiera tiene espada, para llegar hasta Onox necesita el fruto del
árbol Maku, pero éste está muy debilitado y requiere que reúna
las ocho Esencias de la Naturaleza. Estas Esencias están
distribuidas en ocho mazmorras por todo Holodrum, e incluso hay una
en Subrosia, el mundo subterráneo donde ha ido a parar el Templo de
las Estaciones. Al final del juego, observas como unas brujas muy
feas (las gemelas Birova) observan desde la lejanía y comentan que
la “Llama de la Destrucción” ya está encendida.
En
Labrynna, Link le franquea el paso a Impa, el aya de la princesa
Zelda (ligeramente teñida de azul) al lugar donde se encuentra
Nayru, el Oráculo de los Tiempos. Después de oír cantar a Nayru
(junto con los animalillos del bosque y un tal Ralph), Veran, la mala
del juego, revela su presencia y sale del cuerpo de Impa para poseer
el de Nayru. Poco después, puedes ver cómo hace uso del poder del
nuevo cuerpo y abandona el presente para ir al pasado. Y Link,
nuestro héroe, se las tiene que apañar para seguirla al pasado y
rescatar a Nayru. Como en el otro, para llegar a Veran necesitará el
fruto del árbol Maku (que en este juego es femenino y se enamora de
Link) pero (y siempre hay un pero) en el pasado Veran estuvo haciendo
de las suyas y, entre otras cosas, quiso eliminar al árbol Maku,
consiguiendo que perdiera la memoria y parte de su poder, así que a
Link le toca recorrerse Labrynna de cabo a rabo, tanto en el presente
como en el pasado, buscando las Esencias del Tiempo (ocho en total,
como en el caso anterior, y cada una al final de su correspondiente
mazmorra). La mayor diferencia que encontré (en la trama) con el
otro juego es que, a diferencia de a Din, Link consigue rescatar a
Nayru antes de conseguir las ocho esencias. A pesar de todo, como
Veran sigue en el pasado (y se las da de reina), Link debe seguir con
su cometido de reunir las ocho esencias para poner fin al reinado de
Veran. Al final del juego, también observas cómo unas brujas
realmente feas (las gemelas Birova) observan desde la lejanía y
comentan que la “Llama del Dolor” ya está prendida.
Los
dos juegos se combinan a través de “Secretos” que la gente
cuenta a Link, algunos de los cuales Link cuenta a Farore, el Oráculo
de los Secretos que habita en el interior del árbol Maku, para que
les dé forma y otros a personajes específicos para conseguir
desbloquear mejoras, como en las armas. Y bien, al vincular un juego
con otro (osease, empezar la partida en un juego, vencer al malo y
continuar en el otro), al viajar al nuevo mundo, en algún punto del
desarrollo del juego aparece la princesa Zelda. Tras vencer a Onox y
Veran, las brujas feas, digo... las gemelas Birova, raptan a Zelda
para que cunda la desesperación en el mundo y se encienda la “Llama
de la Desesperación”. Y con las tres llamas encendidas,
conseguirán revivir a Ganon, el villano entre los villanos. Pero ahí
está Link para impedirlo.
Yo,
personalmente, comencé jugando al Oracle of Seasons porque
era el único que tenía. Nunca conseguí hacerme con un Oracle of
Ages propio, me lo tuvo que dejar una amiga. Estos dos juegos son
de la GameBoy Color, el cartucho es incompatible con la GameBoy
clásica, como el Pokémon Cristal. ¿Qué quiero decir con
esto? Pues que son juegos antiguos (aunque en su tiempo eran bastante
modernos por tener colores varios) y, como tales, tienen unos
gráficos, ejem, bueno, no me parecieron mal en su día claro, pero
ya están desfasados. Pero la trama merece la pena. Siempre le echo
más flores a Oracle of Ages, porque los viajes al pasado y la
repercusión que tenían en el presente me encantó. Sobre todo
cuando salvas una ciudad de la destrucción en el pasado y en el
presente descubres que las ruinas dan paso a una ciudad simétrica.
Pero también era muy curioso ver cómo cambiaba el mundo con el paso
de las estaciones en Holodrum (por ejemplo, en invierno se hiela el
agua, y en verano crece la hiedra). Una vez le coges el truco, los
dos funcionan de una manera similar, aunque los jefes de las
mazmorras no son los mismos, siempre (o en la gran parte de los
casos) se emplea el arma encontrada en esa mazmorra. Y si aun así te
atrancas, siempre puedes recurrir a las guías nintendo. Lo cierto es
que yo soy una negada para los juegos que no sean tipo Final
Fantasy, por niveles y experiencia. Sin embargo, sólo me
atranqué con Onox (me pareció más difícil que Veran). Vamos, en
general, puedo decir que el manejo del Zelda es muy sencillo y las
tramas son originales. El único defecto que siempre le he encontrado
es que requieren los dos juegos para completar la historia global.
Sobresaliente
Por
los viejos tiempos.
Porque
todavía me enamora a pesar de sus gráficos desfasados.
Por
su trama original y su fácil manejo.
Y yo fíjate que era de pokemon y hasta años más tarde, vease hace un par de años, no me interesaba el Zelda... ¿seré rara? xD
ResponderEliminarMe encanta la letra de la nota *_*
yo en cuanto viva con mi novio me los pasare, es que yo no los tengo pero el si, los unicos que me he pasado son el de twilight y el de phantom hourglass que me encantaron y tengo ganas de pasarme los demas ^^
ResponderEliminartienes un blog muy lindo te gustaria seguirnos mutuamente besos desde http://perlitalizardo.blogspot.com/
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