lunes, 11 de marzo de 2013

The Legend of Zelda: Oracle of Seasons & Oracle of Ages


Bien, hoy en el mundo misterioso, digo, de los sueños, la nueva sierva o acólito de Siria hace su debut. Soy nueva (muy nueva) en esto de reseñar. Vamos, que no tengo la experiencia de Siria. Mi nombre en clave es Tris, aunque también me llaman Pat (y si juntáis las dos partes tenéis más o menos mi nombre).


Y ahora, sin más preámbulos, vayamos al meollo del asunto. ¿Hay alguien que no conozca y no haya oído hablar alguna vez de la serie de videojuegos The Legend of Zelda? Si es el caso, amigo mío, eso va a cambiar.
Como me es imposible hablar de todos los videojuegos del Zelda en una sola entrada (y además, no conozco todos los videjuegos), empezaré con el primer Zelda que jugué y su hermano gemelo/siamés. Se trata de Oracle of Seasons y Oracle of Ages (El Oráculo de las Estaciones y El Oráculo de los Tiempos, respectivamente).
Los juegos cuentan historias similares y relacionadas entre sí que, si bien no es necesario tener los dos, es recomendable para completar la historia global. Tanto da que empieces con el rojo (Seasons) o el azul (Ages), el único cambio que se produce se realiza en las historias secundarias.
En la secuencia de imágenes antes de comenzar el juego, se ve a Link (el chico rubio vestido de verde con orejas puntiagudas) cabalgando y llega a un castillo donde la trifuerza le pide ayuda y le manda, en el rojo, a Holodrum y, en el azul, a Labrynna.


En Holodrum, Link se encuentra con una bailarina llamada Din, que forma parte de una troupe errante. Entre risas y bailes, Onox, el villano del juego, hace su aparición y, tras destrozar el campamento (y mandar a Link volando a otra parte), se lleva a Din, que no es otra que el Oráculo de las Estaciones. Al encerrar a Din y soterrar el Templo de las Estaciones, Onox provoca que Holodrum quede sumido en el caos estacional (literalmente, cada región del mapa tiene una estación diferente, salvo Horon, la capital, que suele cambiar cada vez que vuelves a entrar). Por supuesto, como no podía ser de otra manera, Link es el encargado de rescatar a Din y vencer a Onox, pero no será tan sencillo. Porque, dejando a un lado que al principio ni siquiera tiene espada, para llegar hasta Onox necesita el fruto del árbol Maku, pero éste está muy debilitado y requiere que reúna las ocho Esencias de la Naturaleza. Estas Esencias están distribuidas en ocho mazmorras por todo Holodrum, e incluso hay una en Subrosia, el mundo subterráneo donde ha ido a parar el Templo de las Estaciones. Al final del juego, observas como unas brujas muy feas (las gemelas Birova) observan desde la lejanía y comentan que la “Llama de la Destrucción” ya está encendida.


En Labrynna, Link le franquea el paso a Impa, el aya de la princesa Zelda (ligeramente teñida de azul) al lugar donde se encuentra Nayru, el Oráculo de los Tiempos. Después de oír cantar a Nayru (junto con los animalillos del bosque y un tal Ralph), Veran, la mala del juego, revela su presencia y sale del cuerpo de Impa para poseer el de Nayru. Poco después, puedes ver cómo hace uso del poder del nuevo cuerpo y abandona el presente para ir al pasado. Y Link, nuestro héroe, se las tiene que apañar para seguirla al pasado y rescatar a Nayru. Como en el otro, para llegar a Veran necesitará el fruto del árbol Maku (que en este juego es femenino y se enamora de Link) pero (y siempre hay un pero) en el pasado Veran estuvo haciendo de las suyas y, entre otras cosas, quiso eliminar al árbol Maku, consiguiendo que perdiera la memoria y parte de su poder, así que a Link le toca recorrerse Labrynna de cabo a rabo, tanto en el presente como en el pasado, buscando las Esencias del Tiempo (ocho en total, como en el caso anterior, y cada una al final de su correspondiente mazmorra). La mayor diferencia que encontré (en la trama) con el otro juego es que, a diferencia de a Din, Link consigue rescatar a Nayru antes de conseguir las ocho esencias. A pesar de todo, como Veran sigue en el pasado (y se las da de reina), Link debe seguir con su cometido de reunir las ocho esencias para poner fin al reinado de Veran. Al final del juego, también observas cómo unas brujas realmente feas (las gemelas Birova) observan desde la lejanía y comentan que la “Llama del Dolor” ya está prendida.


Los dos juegos se combinan a través de “Secretos” que la gente cuenta a Link, algunos de los cuales Link cuenta a Farore, el Oráculo de los Secretos que habita en el interior del árbol Maku, para que les dé forma y otros a personajes específicos para conseguir desbloquear mejoras, como en las armas. Y bien, al vincular un juego con otro (osease, empezar la partida en un juego, vencer al malo y continuar en el otro), al viajar al nuevo mundo, en algún punto del desarrollo del juego aparece la princesa Zelda. Tras vencer a Onox y Veran, las brujas feas, digo... las gemelas Birova, raptan a Zelda para que cunda la desesperación en el mundo y se encienda la “Llama de la Desesperación”. Y con las tres llamas encendidas, conseguirán revivir a Ganon, el villano entre los villanos. Pero ahí está Link para impedirlo.


Yo, personalmente, comencé jugando al Oracle of Seasons porque era el único que tenía. Nunca conseguí hacerme con un Oracle of Ages propio, me lo tuvo que dejar una amiga. Estos dos juegos son de la GameBoy Color, el cartucho es incompatible con la GameBoy clásica, como el Pokémon Cristal. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que son juegos antiguos (aunque en su tiempo eran bastante modernos por tener colores varios) y, como tales, tienen unos gráficos, ejem, bueno, no me parecieron mal en su día claro, pero ya están desfasados. Pero la trama merece la pena. Siempre le echo más flores a Oracle of Ages, porque los viajes al pasado y la repercusión que tenían en el presente me encantó. Sobre todo cuando salvas una ciudad de la destrucción en el pasado y en el presente descubres que las ruinas dan paso a una ciudad simétrica. Pero también era muy curioso ver cómo cambiaba el mundo con el paso de las estaciones en Holodrum (por ejemplo, en invierno se hiela el agua, y en verano crece la hiedra). Una vez le coges el truco, los dos funcionan de una manera similar, aunque los jefes de las mazmorras no son los mismos, siempre (o en la gran parte de los casos) se emplea el arma encontrada en esa mazmorra. Y si aun así te atrancas, siempre puedes recurrir a las guías nintendo. Lo cierto es que yo soy una negada para los juegos que no sean tipo Final Fantasy, por niveles y experiencia. Sin embargo, sólo me atranqué con Onox (me pareció más difícil que Veran). Vamos, en general, puedo decir que el manejo del Zelda es muy sencillo y las tramas son originales. El único defecto que siempre le he encontrado es que requieren los dos juegos para completar la historia global.

Sobresaliente
Por los viejos tiempos.
Porque todavía me enamora a pesar de sus gráficos desfasados.
Por su trama original y su fácil manejo.

3 comentarios :

  1. Y yo fíjate que era de pokemon y hasta años más tarde, vease hace un par de años, no me interesaba el Zelda... ¿seré rara? xD

    Me encanta la letra de la nota *_*

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  2. yo en cuanto viva con mi novio me los pasare, es que yo no los tengo pero el si, los unicos que me he pasado son el de twilight y el de phantom hourglass que me encantaron y tengo ganas de pasarme los demas ^^

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  3. tienes un blog muy lindo te gustaria seguirnos mutuamente besos desde http://perlitalizardo.blogspot.com/

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